sábado, 26 de septiembre de 2009

Llevamos 25 años de avisos... y no reaccionamos


En Julio de 1985 apareció, en la sección Los lectores al poder de la revista española de “Ingenio, juego y humor” Cacumen, un texto anteriormente publicado en francés en Le Figaro Magazine, en el que “con buen humor, se trata un problema grave para todos, como es la reforma de la enseñanza”.

Parece ser que en Francia ya percibían que algo no andaba bien en los años 80, y aún así poco después en España hicimos la LOGSE


Después del texto, justo al principio de la página siguiente, el lector que envía esta traducción escribe: “Espero que a todos nos sirva de lección”… me parece que no.

LA EVOLUCIÓN DE UN PROBLEMA MATEMÁTICO

ENSEÑANZA 1960


Un campesino vende un saco de patatas por 1000 ptas. Sus gastos de producción se elevan a 4/5 del precio de la venta ¿Cual es su beneficio?

ENSEÑANZA TRADICIONAL 1970


Un campesino vende un saco de patatas por 1000 pts.
Sus gastos de producción se elevan a 4/5 del precio de venta, esto es a 800 ptas. ¿Cual es su beneficio?

ENSEÑANZA MODERNA 1970


Un campesino cambia un conjunto P de patatas por un conjunto M de monedas.
El cardinal del conjunto M es igual a 1000 ptas, y cada elemento vale 1 pta. Dibuja 1000 puntos gordos que representen los elementos del conjunto M. El conjunto F de los gastos de producción comprende 200 puntos gordos menos que el conjunto M. Representa el conjunto F como subconjunto del conjunto M, estudia cual será su unión y su interseccción y da respuesta a la cuestión siguiente: ¿Cual es el cardinal del conjunto B de los beneficios? (Dibuje B con color rojo)

ENSEÑANZA RENOVADA 1980


Un agricultor vende un saco de patatas por 1000 ptas. Los gastos de producción se elevan a 800 ptas. y el beneficio es de 200 ptas. Actividad: subraya la palabra "patata" y discute sobre ella con tu compañero.

Y por supuesto, también estoy hasta los cojones de mí mismo

Reproduzco abajo, primero en el gallego original y después en castellano, un texto publicado hoy en el diario El correo gallego, en el que el escritor y profesor de instituto Miguel Suárez Abel manifiesta una "autoinculpación" con la que coincido totalmente.

Creo recordar que el punto de inflexión para mí fue un curso llamado Resolución de conflictos en el aula, en el que asistí incrédulo a cosas como el funcionamiento en varios de nuestros institutos del sistema de mediación, por el que un grupo de alumnos "median" en los conflictos entre alumnos... ¡y también entre profesores y alumnos!... vamos, un paso más hacia la eliminación de toda diferencia de papeles entre ambos.

Aprovecho para agradecer aquí a un compañero, profesor de filosofía en mi centro educativo, el que, mientras los demás nos quedamos paralizados por semejante despropósito, él fue el que tomó la iniciativa de levantarse y decir lo que todos estábamos pensando. Espero seguir su ejemplo a partir de ahora, para no tener que volver a lamentarme de la actitud que denuncia el artículo.

Profesión conservadora (los subrayados no están en el original)

Unha parte da culpa tivémola nós. Non toda. O orballo que vai calando nos comportamentos de todos a través dos medios de comunicación, das leis económicas e dos modelos de pensamento imperante, contribúen á situación na que nos movemos. Pero, unha proporción causal de que o mundo de ensino se atope así, témola os propios ensinantes.

Nós fomos os que, baixo o peso da culpa polos peores anos de autoritarismo e falta de diálogo padecidos, quixemos achegarnos ó aprendiz como un ser sen responsabilidade, nin temperamento, nin capacidades dentro dun límite, nin obrigas. Nós fomos os que, cun exceso de paternalismo, inxenuidade e aceptación á primeira de canta idea falsamente revestida de progresista nos chegaba, nos entregamos con entusiasmo a experimentar con métodos débiles e pouco testados. Nós fomos os que, por mor dunha pouco madurada idea de compañeirismo, amizade e achegamento ó alumnos, nos convertemos nuns colegas patéticos, incribles, ridículos.

Os profesores, tamén, sen caer agora nunha culpa enfermiza, habemos de recoñecer que desviamos a xerarquía dos obxectivos, trasladamos ó primeiro plano tarefas que nunca deberan pasar de secundarias e aceptamos por comodidade disimulada un exceso de quietude e inmobilismo. Por unha mediocre tranquilidade cedemos a dubidosos experimentos pedagóxicos, recuamos diante de reclamacións ben fundamentadas, abdicamos do noso papel esencial nas decisións educativas.

Evidente. A culpa non é toda nosa, ni se cadra unha gran parte, pero si é certo que, confundidos, illámonos na falsa seguranza do individualismo, na desconfianza de todo traballo colaborador, na confortable fuxida da crítica e esixencia dos outros. Levados da man dunhas directrices erráticas, desesperantes ás veces -certo-, abandonámonos no negativismo, na escusa de que a culpa vén de fóra, de que na concentración das contradicións ás que se presta o ensino, non somos máis ca unhas pezas pouco valoradas e caducas.

Se cadra, neste exercicio conservador da profesión, o que tratamos é de ocultar o que nos custa recoñecer: que educar é fundamentalmente unha actividade conservadora, algo que leva implícita a coerción, a imposición, e que, nese rebelde rexeite adolescente, nos comportamos cun afán falsamente progresista, ineficaz, destinado á frustración.

Tal vez o primeiro exercicio de calquera educador fose entender que, por máis que se ensine a ser críticos e creativos, educar é, tamén e en gran medida, unha profesión esencialmente conservadora.

http://www.elcorreogallego.es/opinion/firmas/ecg/profesion-conservadora/idEdicion-2009-09-26/idNoticia-471062/

Profesión conservadora
(los subrayados no están en el original)

Una parte de la culpa la tuvimos nosotros. No toda. El rocío que va calando en los comportamientos de todos a través de los medios de comunicación, de las leyes económicas y de los modelos de pensamiento imperante, contribuyen a la situación en la que nos movemos. Pero, una proporción causal de que el mundo de la enseñanza se encuentre así, la tenemos los propios enseñantes.

Nosotros fuimos los que, bajo el peso de la culpa por los peores años de autoritarismo y falta de diálogo padecidos, quisimos acercarnos al aprendiz como un ser sin responsabilidad, ni temperamento, ni capacidades dentro de un límite, ni obligaciones. Nosotros fuimos los que, con un exceso de paternalismo, ingenuidad y aceptación a la primera de cuanta idea falsamente revestida de progresista nos llegaba, nos entregamos con entusiasmo a experimentar con métodos débiles y poco probados. Nosotros fuimos los que, a causa de una poca madurada idea de compañerismo, amistad y acercamiento a los alumnos, nos convertimos en unos colegas patéticos, increíbles, ridículos.

Los profesores, también, sin caer ahora en una culpa enfermiza, hemos de reconocer que desviamos la jerarquía de los objetivos, trasladamos al primer plano tareas que nunca habían debido pasar de secundarias y aceptamos por comodidad disimulada un exceso de quietud e inmovilismo. Por una mediocre tranquilidad cedimos a dudosos experimentos pedagógicos, reculamos ante reclamaciones bien fundamentadas, abdicamos de nuestro papel esencial en las decisiones educativas.

Evidente. La culpa no es toda nuestra, ni quizá una gran parte, pero sí es cierto que, confundidos, nos aislamos en la falsa seguridad del individualismo, en la desconfianza de todo trabajo colaborador, en la confortable huida de la crítica y exigencia de los otros. Llevados de la mano de unas directrices erráticas, desesperantes a veces -cierto-, nos abandonamos en el negativismo, en la excusa de que la culpa viene de fuera, de que en la concentración de las contradicciones a las que se presta la enseñanza, no somos más que unas piezas poca valoradas y caducas.

Quizá, en este ejercicio conservador de la profesión, lo que tratamos es de ocultar lo que nos cuesta reconocer: que educar es fundamentalmente una actividad conservadora, algo que lleva implícita la coerción, la imposición, y que, en ese rebelde rechazo adolescente, nos comportamos con un afán falsamente progresista, ineficaz, destinado a la frustración.

Quizá el primer ejercicio de cualquier educador fuese entender que, por más que se enseñe a ser críticos y creativos, educar es, también y en gran medida, una profesión esencialmente conservadora.

viernes, 25 de septiembre de 2009

Álvaro Marchesi y el "síndrome de Flanders"



¿No inventan los psicólogos evolutivos síndrome tras síndrome para disimular que en la práctica los conocimientos operativos de la psicología evolutiva oficial están al nivel de una revista dominical, y no muy buena? (según mi experiencia, sólo se salvan los que anteponen su sentido común a la vanidad gremial)

Pues yo también, qué carajo:


FLANDERISMO: Dícese del convencimiento, ya sea más o menos consciente, de que es siempre preferible cualquier desastre, tanto para uno mismo como para los demás, a la más mínima posibilidad de que alguien piense que uno no es una buenísima persona.

El de la fotografía de arriba, que inaugura esta sección dedicada al "síndrome de Flanders", es el señor don Álvaro Marchesi, catedrático de Psicología Evolutiva y de la Educación en la Facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid, y responsable en una gran medida de la redacción e implantación de la funesta LOGSE, y el conocido vecino de Homer Simpson.

jueves, 24 de septiembre de 2009

40 años en 2 viñetas


Subo hoy al blog un par de viñetas que tuvo la amabilidad de enviarme un compañero (pulsar en la imagen para aumentar su tamaño):

"Aprender a aprender sin aprender nada específico"


Hoy he estado leyendo la entrevista que la hispanista, ensayista y pedagoga sueca Inger Enkvist (1947) concedió a El Magisterio Español, titulada "Los pedagogos socavan la importancia de todo conocimiento específico" , y me llamó la atención esta parte:

"— ¿Qué incidencia han tenido “las ideas pedagógicas” de finales del siglo XX en el fracaso de la Educación en buena parte del mundo occidental?

— Una enorme importancia. La pedagogía ha abierto un campo paralelo de promoción académica para gente sin una profundización en una materia específica. (...) Ya que los pedagogos no tienen una materia propia, tienen tendencia a socavar la importancia de todo conocimiento específico de materia, sobre todo lanzando la idea de que sería posible aprender a aprender sin aprender nada específico."

El texto completo de la entrevista se puede encontrar en formato pdf en la red, escribiendo en cualquier buscador el nombre de la autora y algunas palabras del título.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

¡Qué fácil es ser tolerante cuando lo haces desde tus fantasías de "buena persona", cómodamente en tu despacho!

Hoy en el diario El País han aparecido dos artículos sobre el tema de este blog, de muy diferente enfoque.

Estoy totalmente de acuerdo con el Editorial Valorar al profesor, especialmente donde dice:

“Si los menores perciben en sus casas el menosprecio por los docentes, no es de extrañar que se muestren indisciplinados y renuentes a seguir sus instrucciones. Si la intervención de las familias en los casos de conflicto escolar contribuye a debilitar todavía más la posición de los docentes, entonces no puede esperarse de los menores que tengan un comportamiento más responsable”.

Únase a esto que, en caso de conflicto de profesores con alumnos y padres, la autoridad (políticos, inspectores, jueces, etc.) siempre da la razón a los padres. Resultado: la tiranía de alumnos y padres a la que estamos sometidos en este momento.

http://www.elpais.com/articulo/opinion/Valorar/profesor/elpepuopi/20090917elpepiopi_2/Tes

En cambio no me gusta nada el Reportaje de J. A. Aunión titulado La ley sin medios no da autoridad, en el que se pueden leer frases como ésta:

“Ni es una gran novedad, ni es suficiente por sí misma para devolver a los enseñantes la presuntamente perdida autoridad, reconocen hasta sus más firmes defensores”.

El subrayado de la palabra "presuntamente" es mío, y es uno de los momentos en que al señor Aunión se le ve el plumero.

Aquí otras perlas de un catedrático de Didáctica de las Ciencias y un sociólogo, señores que, según se ve, no han pasado por la experiencia directa de una clase de secundaria.

"Lo que está claro es que con los métodos tradicionales es más difícil controlar a los alumnos", insiste Rafael Porlán, catedrático de Didáctica de las Ciencias de la Universidad de Sevilla. Asegura que está fallando el sistema, "que hoy los alumnos no aguantan, y manifiestan su incapacidad para aceptar ese modelo", un modelo obsoleto".

Le aseguro señor Porlán que es todo lo contrario: con los métodos tradicionales el control de la clase se produce de forma natural. Además, ¿cómo saber si los alumnos hoy no aceptan el "modelo tradicional", si no lo conocen? Sólo conocen los modelos que usted y gente como usted han diseñado, y que los profesores llevamos sufriendo durante años.

Y sigue:

"El sociólogo de la Complutense Rafael Feito es mucho más duro: "Lo que subyace tras esta locura [la propuesta de Aguirre] es una idea decimonónica, en todo caso, anterior a la actual sociedad del conocimiento.

Se trata de un modelo en que el profesor se sube a una tarima y llena con su saber las cabezas vacías de los pobrecitos alumnos y alumnas. Y para que ese modelo funcione se precisa un régimen de control disciplinario que garantice que el alumnado esté en disposición de aprender, es decir, callado, sentado y con el libro de texto abierto en la página correspondiente. La relación educativa no puede sustentarse sobre el mero recurso a la autoridad".

Por su parte, Porlán recuerda que los alumnos más conflictivos pueden ser los que más se impliquen en su educación si se les consigue enganchar. Y quienes consiguen engancharles son los profesores. Cada profesor”.


http://www.elpais.com/articulo/sociedad/ley/medios/da/autoridad/elpepusoc/20090917elpepisoc_1/Tes

¡Qué fácil es ser tolerante, comprensivo, abierto, flexible, etc., cuando lo haces desde tus fantasías de "buena persona", cómodamente en tu despacho!

lunes, 14 de septiembre de 2009

En defensa del "usted"

Es muy agradable tener cierto grado de confianza y cercanía con los alumnos, por lo menos en Secundaria, pero en este momento estoy convencido de que hay que renunciar a eso por el bien de la educación. Se trata simplemente de recuperar la dignidad de unos roles -el de profesor, el de alumno- que, por los motivos que sean, se ha perdido.

En la película francesa Entre les murs (La clase en España) se ve cómo en Francia tutear a un profesor es, todavía hoy, una de las peores faltas de respeto que puede cometer un alumno en clase.

http://www.filmaffinity.com/es/film107060.html

Aún así, no creo que la educación en Francia esté mejor que en España, pero tenemos que ir paso a paso corrigiendo error a error.

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Cito aquí un extracto de un artículo de El Correo Gallego, del 12.09.2009 (se puede leer el artículo completo en la siguiente dirección)

http://www.elcorreogallego.es/galicia/ecg/mis-senores-profesores/idNoticia-466562/

I. CASAL • SANTIAGO

¿MIS SEÑORES PROFESORES? ¿ES IRRESPETUOSO TUTEAR A LOS DOCENTES?

El Defensor del Pueblo cree que sí, pero en la comunidad educativa y la clase política la división de opiniones está servida


Don Pedro, doña María, la seño o "Ramírez, pase al encerado" dejaron de oírse en la mayoría de las aulas españolas y gallegas en los años 80. El tuteo es desde entonces la fórmula más extendida en la escuela, pero en pleno debate sobre el rumbo de la educación, tras el episodio de Pozuelo de Alarcón, la resurrección del tratamiento de usted vuelve a dar que hablar. El encargado de recuperar el debate ha sido el Defensor del Pueblo, Enrique Múgica, que anteayer aseguró que "el tuteo a los profesores es la introducción de una falta de respeto". (...)

"Hay que marcar las distancias entre profesorado y alumnado. Eso tiene que venir inculcado desde casa, pero creo que el tratamiento de usted ayuda a imponer el respeto", opina Marga Leis, portavoz de la Concapa Galicia, la confederación católica de asociaciones de madres y padres. (...)

Entre los docentes la división de opiniones también está servida. ANPE emitió ayer un comunicado en el que, aunque sin referirse expresamente al tema de tuteo, agradece a Múgica "su defensa de la autoridad docente".

Para la CIG, sin embargo, tratar de usted "non supón nin un avance nin un retroceso", apunta Anxo Louzao. "Ademais, o que fai moitas veces é alonxar, non acercar, e todos sabemos de profesores que tutean e que teñen gran autoridade e estima", añade.
(...)

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Una vez más, tenemos lo que nos merecemos


El Roto. El País. EDICIóN IMPRESA - 10 - 09 - 2009

http://www.elpais.com/vineta/?d_date=20090910&autor=El%20Roto&anchor=elpporopivin&xref=20090910elpepivin_4&type=Tes&k=Roto

Esta viñeta hace referencia a los actos vandálicos protagonizados por jóvenes que estaban de "botellón" el sábado pasado en Pozuelo de Alarcón, Madrid.
La incluyo como entrada en el blog porque alude, una vez más, a las actitudes de nosotros, los adultos, que pretendo denunciar.

Cuando vi la noticia por televisión, entrevistaban brevemente a la salida del juzgado a uno de los padres de los detenidos, y la cosa iba de mal en peor: con una sonrisa de soberbia y desprecio, el padre le contaba al reportero que su hijo no hizo nada malo, que su propio hijo fue el que le contó que es que pasaba por allí y lo confundieron con los que estaban quemando coches de policía… no se lo creía ni él.